Tanto dolor emocional Y físico. Un mes. Un mes maldito. Un mes que me ha dejado KO.
Un mes que me ha dejado sin palabras, que me ha dejado sin ser yo. Un mes en el que tanto he llorado que ahora no tengo lágrimas y eso quema mis ojos.
Tras pensar que sólo era un sueño, que ese mes no había tenido lugar, poco a poco voy siendo consciente de lo que ha pasado.
Con fuerzas increibles e inesperadas lo he afrontado al ver que yo no podía hacer nada para convertir ese mes en un sueño de verdad.
No quiero hundirme más.
No entiendo muchos actos y pensamientos de las personas que me rodean.
No entiendo muchos actos y pensamientos mios.
Sin palabras, sin risas, intentado controlarlo todo de nuevo, midiendo cada palabra, cada segundo, sabiendo y temiendo lo que me puede esperar.
Al otro lado encuentro locura y palabras que no coinciden con actos. Por otro lado encuentro ilusión, comprensividad, alegría, ganas de verme. Y al fondo, frío.
Y con toda la fuerza con la que estaba afrontando todo, he descubierto un mundo nuevo y he tenido ganas de conocerlo; pero en días como hoy, en días en los que las hormonas se revuelven, no sé a lo que le tengo que hacer frente. Quizás sólo tengo que dejar el tiempo pasar, quizás voy por buen camino o quizás mi camino elegido es el del lobo.
Pero haga lo que haga, elija lo que elija, estoy redescubriendo a una Camomila fuerte, con ganas de estar bien consigo misma, luchadora, siempre miedosa pero a la vez madura y responsable, con los pies en la tierra sabiendo que yo también he actuado mal y (lo más importante en estos momentos), coherente con mis pensamientos.
Ahogada en mi pasado, luchando en mi presente y soñando y anhelando el futuro.