Tenía ganas de verlo, de contarnos un poco nuestras vidas, de reírnos un poco de todo, de pasar un buen rato juntos entre momentos de trabajo y risas...
Entre comentarios de no estará y no lo verás, llegue al sitio donde habíamos quedado. Le ví de lejos y mi cara cambió, pero en ese mismo momento desapareció y tuve que conformarme con saber que nos esperaba dentro.
Tardé un cuarto de hora en volver a verlo, se levantó, me besó y soltó una frase que daba paso al tonteo que habíamos dejado unos meses atrás.
Entre risas y conversaciones varias se nos pasó el tiempo rápido, hasta que sin saber como y sin esperarlo nos quedamos solos. Nos pusimos al día, con una necesidad de contarnos el uno al otro lo que habíamos vivido mientras habíamos estado lejos.
Entre miradas entre cristales y risas siguió pasando la tarde.
La despedida fue sencilla, con un buen deseo para el nuevo año y un guiño de ojo.
Una despedida que no tardará mucho en dar paso a una nueva bienvenida. Me espera más de un año de mucho trabajo pero también más de un año de buena compañía.
Gracias por ayudarme a hacer mi sueño realidad ;)